La mayoría de las personas con una enfermedad de la válvula mitral no tienen
síntomas y en la mayoría de los casos éstos aparecen lentamente. Cuando hay síntomas, éstos pueden empeorar con el
ejercicio o cualquier actividad que aumente la frecuencia cardíaca.
Estos síntomas pueden ser:
- Dificultad para respirar por la noche o después de hacer ejercicio.
- Tos que a veces produce un esputo rosado sanguinolento.
- Cansancio.
- Dolor en el pecho que empeora con la actividad y desaparece con el reposo.
- Frecuentes infecciones respiratorias tales como la bronquitis.
- Palpitaciones cardíacas (latidos irregulares).
- Hinchazón (edema) de los pies y los tobillos.
- Voz ronca o áspera.
Los síntomas pueden comenzar con un episodio de fibrilación auricular. En otras ocasiones, un embarazo, una
infección respiratoria, una endocarditis u otras enfermedades cardíacas
también pueden originar los síntomas.
La valvulopatía mitral puede, con el tiempo, dar lugar a:
- Pérdida de función cardíaca.
- Aumento de presión en los pulmones.
- Afectación de la válvula tricúspide.
- Embolias cerebrales y en otros órganos.
En ocasiones este daño puede ser irreversible.